Blue Flower

Autora: Patricia Acinas

Recomendación de película: Still Life: Nunca es demasiado tarde. Un funeral digno y humanizado cuando no hay familia.

Título original: “Still Life” (Nunca es demasiado tarde)
Director: Uberto Pasolini
Duración: 70 minutos (1h10’)
Año y país: 2013. Reino Unido e Italia
Tipo de obra audiovisual. Película
Género: Comedia dramática
Fotografía: Stefano Falivene
Música: Rachel Portman
Montaje: Tracy Granger
Producción: Christopher Simon, Felix Vossen, Uberto Pasolini
Calificación: Todos los públicos
Distribución: A Contracorriente Films.
Estreno en España: 2014
https://dx.doi.org/10.5209/psic.95021
Reparto:Eddie Marsan, Joanne Froggatt, Karen Drury, Andrew Buchan, Neil D’Souza, David Shaw Parker y Michael Elkin
Sinopsis:Diligente y trabajador, el solitario John May es un empleado del ayuntamiento encargado de encontrar a los parientes más cercanos de las personas que acaban de morir. (FILMAFFINITY)
Enlaces a promociones de la película: https://www.youtube.com/watch?v=qL4BYS0ZCIw
Tráiler doblado al español. Duración 1:57”
https://www.youtube.com/watch?v=HmS1QSTToRw
Tráiler en inglés, subtitulado en español. Duración 2:10”
https://www.youtube.com/watch?v=Gt9CsXrlO8Y
Tráiler en inglés sin subtitulos. Duración 2:10”
https://www.youtube.com/watch?v=1t3SXlPo-WA
Tráiler de momentos clave de la película. Duración 1:43”
WEBS DE INFORMACIÓN DE LA PELÍCULA
https://www.filmaffinity.com/es/film337216.
htmlhttps://www.sensacine.com/peliculas/pelicula-223511/

NOMINACIONES Y PREMIOS
Premios David di Donatello 2014
Nominado. Mejor film de la Unión Europea

COMENTARIO DE LA PELÍCULA DESDE EL PUNTO DE VISTA DE LA PSICOONCOLOGÍA Y LA PSICOLOGÍA DE LOS CUIDADOS PALIATIVOS

EL TRABAJO DE JOHN MAY

El protagonista de la película es una especie de antihéroe de las causas perdidas, en sentido real y figurado. Su importante trabajo como empleado del ayuntamiento en el distrito londinense de Kennington consiste en facilitar un funeral apropiado a las personas que mueren solas sin familiares y por otro lado intentar encontrar a algún familiar de la persona fallecida que se haga cargo de sus pertenencias y/o allegados que deseen acudir al funeral el día que se celebre.

No le mueven intereses económicos en ningún momento, sólo el buen hacer ante una persona que no tiene a nadie que se haga cargo de las exequias cuando ha fallecido.

Y lo desempeña con amor, pasión, humanidad, respeto y de una manera concienzuda y meticulosa. Escribe el discurso, elige la música para las exequias, de una manera humilde pero certera, y las pocas personas que ven el resultado de su trabajo (fundamentalmente curas, rabinos, y otros lideres religiosos, a veces algún familiar) se lo hacen saber en alguna ocasión. Sabe que estos detalles son importantes o la persona que ya no está hubiera querido ser despedida de una manera digna.

Normalmente son personas mayores, solas (Porque la Vida les ha dejado sin red ni apoyo social o porque la vida que han tenido esas personas les ha alejado de sus seres queridos y éstos no desean saber nada de la persona desde hace bastante tiempo en algunas ocasiones).

Cuando la película nos muestra como es la vida de John, más allá de su trabajo, vemos que no tiene amigos, es una persona solitaria con una vida rutinaria (come lo mismo, de latas de conservas, tiene los mismos horarios y suele tener las mismas rutinas en su ordenada vida. Apreciamos algunos rasgos de Trastorno Obsesivo de la personalidad, todo está ordenado, etiquetado, tiene su lugar y su sitio, su orden concreto, del que no se sale. Hay un tono sombrío, gris en las imágenes, como su vida.


Por el contra, parece que su trabajo le gusta. Le hace ser y sentirse útil a la sociedad, contactar con los familiares de las personas fallecidas, encontrar objetos personales que le permitan ahondar un poco más en la biografía y gustos de la persona para hacer un discurso de funeral que entrega al sacerdote que oficia el sepelio. El texto es humano, agradable, siempre resaltando los aspectos positivos y tratando de entender los algo más negativos. Hay empatía con distancia apropiada al finalizar el proceso empatía que es lo que nos plantean los entendidos de este tema.

Es muy respetuoso con la vida de las personas de las que le toca cerrar expediente vital y en papel. Hace lo posible por encontrar a los familiares, les da un tiempo y una oportunidad antes de enterrar las cenizas con un pequeño ritual. A los familiares les ofrece facilidades, como que el ayuntamiento se haga cargo de su traslado a Londres al sepelio o cualquier otra cuestión cuya finalidad sea poder dar buena sepultura.

Una de las cuestiones más humanas, es lo que hace cuando debe cerrar un expediente. Coge la foto de la persona fallecida de la que no se han localizado familiares y la guarda en un álbum en su domicilio. Vemos que esto lleva tiempo haciéndolo porque el álbum es bastante voluminoso. Es como lo último que él siente que debe hacer por una persona.

El actor protagonista nos hace creíble un papel difícil; de un hombre solo con altas dosis de huma-nidad. Es una película de gestos, de detalles narrativos contados en la imagen con poco texto. El director de la película, de origen italiano, hace una critica a varios aspectos de la sociedad actual.

El filme nos habla de la soledad de la vida de las personas en nuestros tiempos. Cuántas personas viven solas en estos primeros años del siglo XXI, y que aún es más triste (en cualquier sentido), es cuántas personas mueren solas, sin que lo sepa su familia, ni tan siquiera sus vecinos, y que cuando se constata el óbito ha pasado ya un tiempo considerable. Y que incluso dar un último homenaje póstumo y sencillo a las personas que fallecen, resulta algo difícil en nuestros tiempos.

Cuando John va a los domicilios de los fallecidos, recoge unos pequeños objetos significativos que le sirven para escribir ese discurso personalizado, vigila que si hay objetos valiosos se aprovechen convenientemente o lleguen a buenas manos. Y que el resto de objetos sean recogidos por empresas especializadas que les den el uso que estimen conveniente.

Es un personaje que sorprende porque como contrapuesto a su imagen gris es una persona ca-paz de ayudar a los demás, su forma de afrontar la vida y la muerte, cómo aborda la espiritualidad y la trascendencia, su compromiso personal con personas a las que no conoce....

EL ÚLTIMO CASO

Un día y sin previo aviso el ayuntamiento para el cual trabaja de forma honesta y esforzada con 22 años de servicio a su espalda, lo despide porque sus búsquedas son demasiado caras. Esta falta de respeto y consideración hacia su profesionalidad, dedicación y buen hacer contrasta con el respeto y personalización que rige el trabajo del protagonista. Se considera su trabajo como superfluo, caro, poco eficiente, lento...


Esto también es algo que se puede ver en la actualidad en determinados trabajos donde debería primar la calidad de atención hacia las personas, se prioriza la cantidad de personas atendidas, los aspectos estadísticos (no los aspectos humanos)

En un intento de no sentir su trabajo interrumpido abruptamente trata de negociar, al menos terminar el último caso. Se trata de Billy Stoke, que casualmente vivía frente a su apartamento y al que nunca había visto o del que no sabia nada. A partir de aquí va a intentar encajar piezas de manera metódica, ordenadora, perseverante, para poder cerrar ese caso como si fuera el último, que lo es.

En sus investigaciones encuentra que Billy no era una persona precisamente ejemplar ni querida por sus convecinos; conoce a la hija de éste, Kelly, que tampoco quiere saber mucho de lo que ha sido la vida de su padre. A pesar de esto, John no se desanima y desea hacer un buen trabajo. Hay una especie de “se lo debo” hacia este caso, al que va tomando cariño, y no solo al caso, sino parece que va produciéndose cierto enamoramiento hacia su hija y él empieza a salir de esa vida gris y monótona que tiene.

A medida que John y Kelly se conocen, se van sintiendo atraídos mutuamente y se abren a la vida, que no ha sido fácil para ninguno de los dos. Esa amistad inicial les va abriendo posibilidad de disfrutar de la vida de otra manera, compartida.

Y sus pesquisas le hacen acercarse a lugares y personas con las que antes no esperaría ha-berse relacionado. Por ejemplo traba conversación con dos indigentes algo alcoholizados que le piden una botella de whisky para darle información y él también comparte con ellos ese momento social, como si de un botellón se tratara...

Con Kelly, además de cambiarse de jersey, cambia de tipo de conversación, el vocabulario, la bebida que toma (pasa del té a tomar un chocolate con ella).

En esa reconstrucción de la vida de su vecino fallecido, se va redescubriendo a si mismo, y explorando aspectos suyos personales que desconocía.

EL FINAL DE LA PELÍCULA

A partir de aquí se avisa de que se comentan aspectos sobre el final de la película. Por si el lector desea ver la película antes de continuar la lectura.

John May que se desenvuelve en la vida personal y laboral como un alma solitaria, empieza a conocer el amor, y el aprecio de otros: se siente atraído por la hija de la persona que está investigando para darle el último adiós. Cambia su traje negro y corbata, por jerseys de colores y vemos más luz en su mirada. Sigue siendo igual de detallista que era antes con los fallecidos que le encomendaban en su trabajo pero ahora con un ser vivo del sexo opuesto. En su línea de captar los detalles más definitorios de la persona, como sabe que le gustan a Kelly, los animales, ve una taza con perros y se la compra para regalársela. Esta apertura a la vida en toda su inmensidad, este paso valiente, saliendo de su zona de confort, se ve rápidamente contrarrestado y truncado. Es atropellado por un vehículo al cruzar una carretera. El traumatismo cráneo encefálico resulta fatal y descubrimos que fallece.

Y las casualidades empiezan a florecer. Había quedado con la hija de su último cliente que la acompañaría en el funeral y en cementerio, pero no puede porque en ese mismo momento él está recibiendo las palabras de su misa de funeral completamente solo. Y recibe sepultura en el cementerio también solo. Los cortejos fúnebres se cruzan en el cementerio, el de su cliente y el del Propio John. La hija desconoce que John ha fallecido y que el féretro que ve pasar muy cerca de ella sin ninguna compañía pertenece al John que tanto le ha ayudado a ella.

Curiosamente al funeral de su última persona asignada, se hace acompañado de la hija y de unos pocos amigos, que John consigue recuperar para ese día con su efectivo trabajo; pero en el suyo propio no hay ninguna persona allegada.

Y entonces vemos como todas esas personas de las que ha guardado las fotos, se acercan a darle el último adiós. Son esas almas agradecidas de todas las gestiones que ha hecho por encontrar a sus familiares que le quieren devolver el cariño con el que ha resuelto sus casos, para que no esté solo en esos momentos. Incluso el último caso que le ha tocado resolver, que está siendo enterrado a escasos metros, parece acercarse allí. Esas fotos que guardó, esa última huella que dejaron esas personas en la Tierra ha sido una semilla que ha fructificado gracias a John.

Se hace vigente lo que se dice en situaciones de duelo, de que nadie se muere del todo mien-tras haya alguien que lo recuerde de alguna manera, a quien le importe.

John muere joven, a los 44 años, en lo que seria una edad activa laboralmente y afectivamente hablando. Hay un porcentaje nada desdeñable de muertes en el mundo a estas edades, por ac-cidente de tráfico como en la película, o por enfermedades oncológicas, cardiovasculares o por otras causas. Y esto también se nos suele olvidar habitualmente.

La música que acompaña en las imágenes está magníficamente empastada con lo que se cuenta; la responsable de la música ha hecho un gran trabajo para trasladarnos al universo del protagonista y al corazón de la historia. Las localizaciones son otro acierto de la película.

LA MUERTE Y EL DUELO EN LA PELÍCULA

La película comienza mostrando al protagonista en un cementerio, paseando y mirando las tumbas, encontrando paz en ese lugar. Esto ya nos anuncia algunas de las cuestiones que luego desarrollará en el resto de la película de una manera magnifica.

El título en español “nunca es tarde”, nos abre a pensar que siempre podemos hacer algo por los demás, aunque parezca que es tarde, no lo es, mientras la persona siga viva y haya intención, motivación o cariño por hacer las cosas bien.

La película nos plantea preguntas y reflexiones, ¿Desconocemos la vida de los demás y los problemas que tienen? ¿Estaremos juzgando comportamientos de otras personas sin saber todo lo que hay detrás de lo que vemos que les pasa?

Nos habla de qué poco conocemos a las personas que nos rodean de manera cotidiana que no sabemos que están mal o que han fallecido. Ni las circunstancias que acompañan estas cuestiones.

Nos plantea ¿Qué estamos haciendo en nuestra sociedad, para ser tan individualistas, cen-trarnos en nosotros mismos, sin “ver” a los demás y que cuando llegamos a nuestro final seguimos solos y no conseguimos atraer a los demás.

SI en la vida hemos buscado nuestro egoísmo y disfrute personal a lo mejor estamos apartan-do a gente a nuestro alrededor y cuando verdaderamente necesitamos a alguien, no tenemos a nadie porque no hemos cuidado esas relaciones...

También la película nos pone frente a cada uno frente a nuestro “memento mori”, que en algún momento nos va a llegar y nos recuerda que somos mortales y finitos, y que a todos nos llega nuestro momento, por muy protegidos que nos sintamos al trabajar con la muerte “de otros”.

Ya nos decía Platón “No juzges, sé amable, porque la persona con la que te cruces está libran-do su propia batalla”. Esto también conecta con el apoyo social necesario e imprescindible.

Se trata de una preciosa película sobre el valor de la vida, el aprecio incondicional (al estilo Rogeriano) a las personas a pesar de los errores que hayan cometido en la vida; apta solo para personas fanáticas de los entresijos del duelo. Muy humana, tierna y sincera y un antídoto contra la soledad apabullante de estos tiempos que corren.

Patricia Acinas. Psicóloga. Psicooncóloga experta en Cuidados Paliativos.Experta en Psicología de las Artes Audiovisuales y Escénicas.

 Páginas: 147-152

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