Blue Flower

Autora de la reseña: Patricia Acinas

Resumen

Recomendación de película “El padre”: Viaje al interior de la demencia
Título original: The Father (El Padre)
Director: Florian Zeller
Duración: 97 minutos (1h 37’)
Año y país: 2020. Reino Unido-Francia.
Reparto: Anthony Hopkins, Imogen Poots, Olivia Colman, Olivia Williams, Rufus Sewell.
Sinopsis: Anthony (Anthony Hopkins), un hombre de 80 años mordaz, algo travieso y que tercamente ha decidido vivir solo, rechaza todos y cada uno de los cuidadores que su hija Anne (Olivia Colman) intenta contratar para que le ayuden en casa. Anne está desesperada porque ya no puede visitarle a diario y siente que la mente de su padre empieza a fallar y se desconecta cada vez más de la realidad.
Enlaces a promociones de la película:
Tráiler español, duración 2:02”:https://www.youtube.com/watch?v=21KpNlAh3W4
Tráiler inglés, duración 2:31”: https://www.youtube.com/watch?v=b6CS0MsGphE
Nominaciones y premios
Premio del Público en el Festival de San Sebastián
2020: Premios Oscar: 6 nominaciones incluyendo mejor película y actor (A. Hopkins) y actriz de reparto (O. Colman), mejor montaje....
2020: Globos de Oro: 4 nominaciones, incluyendo mejor película drama
2020: Premios BAFTA: 6 nominaciones, incluyendo mejor película y film británico
2020: Festival de San Sebastián: Premio del Público
2020: Critics Choice Awards: 4 nominaciones, incl. mejor actor y actriz secundaria.
2020: Premios Goya: Mejor película europea
2020: Sindicato de Directores (DGA): Nominada a mejor nuevo director
2020: Sindicato de Actores (SAG): Nominada mejor actor (Hopkins) y actriz secundaria (Colman)
2020: Asociación de Críticos de Los Angeles: Mejor montaje
2020: Asociación de Críticos de Boston: Mejor actor y Mejor director novel
2020: Asociación de Críticos de Chicago: Nominada a Mejor actor y guion adap.
2020: British Independent Film Awards (BIFA): Mejor guión, actor y montaje
2020: Satellite Awards: Mejor guion adaptado. 6 nominaciones
El filme es una adaptación de la obra teatral “El padre” de Florian Zeller (que es el guionista y director de la película) estrenada en Paris en 2012. En España también se han hecho versiones de la obra con varios actores, entre ellos Héctor Alterio en el papel del padre. La película plantea muchas preguntas sobre la demencia, el cuidado de otros, el rol de los cuidadores (formales e informales), la propia familia como cuidadora, las instituciones que favorecen el cuidado o no, el derecho de la persona con demencia a vivir en su propio domicilio... Las respuestas dependen de cada persona que vea la película.
En el propio anuncio de la película ya nos plantean cuestiones como éstas: Dado el ir y venir de sus recuerdos¿cuánto de su propia identidad podrá recordar el protagonista con el paso del tiempo? Anne, la hija, sufre la paulatina pérdida de su padre a medida que su mente se deteriora, pero ¿no tiene ella derecho a vivir también su propia vida?
En cuanto a las interpretaciones están magníficos los dos plasmando una realidad más cotidiana de lo que parece. Prueba de ello, es la larga lista de premios, nominaciones y reconocimientos, que van acumulando.
Hay una cuestión original y única de la película, que es la habilidad de dar el punto de vista de la persona con demencia pero también el de la hija cuidadora principal. Y cómo también se va alternando entre ambos, aunque prevalece el del protagonista.
Hay un guiño con el nombre del protagonista, que se llama Anthony (igual que el actor que lo interpreta). En un momento de la película dice “Anthony, precioso nombre” (evidentemente es el suyo en la ficción pero también en la vida real). Hopkins tiene 87 años en la vida real, más edad que el personaje que interpreta.
En la película se habla de la pérdida, de la realidad de la vejez, como enfermedades como la demencia van desproveyendo a las personas de su identidad, de su autonomía, de su capacidad de tomar decisiones... Esto nos va dejando un poso de amargura y tristeza, sobre todo por la manera en que nos identificamos con el protagonista, por la manera en que está montada la película.
El protagonista al que vemos, se nos presenta como un hombre maduro que parece un poco “cascarrabias” que desea mostrar que no le pasa nada, que está “bien” que no quiere que nadie entre a su casa a cuidarle, a hacerle lo que necesita, que siente que pierde autonomía, que invaden su espacio privado, que deciden por él.
Se encuentra en el momento de la enfermedad en que hay que plantearse decisiones como seguir en casa, poner a una persona interna, ir a una residencia, un centro especializado...
Nos damos cuenta de que Anthony vive en un mundo cambiante en que las personas no son reconocidas, vemos, casi “olemos” su miedo a perder su identidad, su esencia como persona...
Los espacios cambian, se transforman en colores, también la disposición de los muebles, entradas, de una manera casi surrealista.... O a donde llevan... Unas puertas que se abren pueden ser un armario de la casa o las puertas de la habitación de un hospital que dan al pasillo. Todo se convierte en un laberinto kakfiano e impredecible para el protagonista, lo cual le produce a él angustia y de alguna manera también a los espectadores.
La hija en alguna ocasión se parece a la cuidadora, y la cuidadora de domicilio se parece a la de hospital, y luego una cuidadora nueva tiene el rostro de su hija menor pero luego el nombre de esa misma cuidadora corresponde a otra persona físicamente, con lo que Anthony está absolutamente desconcertado. No sabe la hora que es, ni aunque tenga el reloj. Pierde el reloj, no sabe dónde lo ha dejado. Se enfada cuando le preguntan si ha buscado en el lugar donde saben que guarda sus objetos valiosos... pero ese sitio contiene otros aspectos menos valiosos o personales... y está también accesible a otros.
Es como si el tiempo estuviera jugando con él, que no recuerda qué le sucede, quien está a su lado, pierde el control de su vida, necesita la supervisión y ayuda de otros pero se niega a reconocerlo. Vemos claramente su desorientación temporal /espacial en muchos momentos.
A veces el día cambia, tiene el pijama puesto y le dicen que debe vestirse y luego es por la tarde, pero sigue con el pijama puesto. Todas están conductas y sensaciones son muy familiares para alguien que cuida de una persona con demencia.
Apreciamos también alteración de la memoria reciente, de trabajo. A veces resurgen aspectos del pasado de manera nítida, pero tiene dificultades para formar recuerdos actuales sólidos. Hay alucinaciones visuales, con las que habla, Confabulación (completa la información que no tiene con lo que cree que pasa,...) Perserverancia en algunas ideas, vocalizaciones... Hay momentos con cierta desinhibición frontal, trata de ser amable, cariñoso, seductor con la cuidadora y un poco con su hija. Todo esto forma parte de una demencia.
También la película nos transmite momentos de sufrimiento, impotencia, indefensión, soledad, desvalimiento, los altibajos emocionales, (pasar de la alegría, a la pena, tristeza, impotencia..)
Vemos también reflejado aquí el Síndrome de Capgras y el síndrome de Fregoli, que nos permite aprender un poco más de estas dos cuestiones, con personajes duplicados, cambiantes... El síndrome de Capgras es la creencia delirante de que un amigo, miembro de la familia, etc., ha sido reemplazado por un impostor gemelo. (cree que su hija ha sido reemplazada por una extraña). El síndrome de Fregoli es la creencia delirante de que diferentes personas son de hecho una sola persona que está disfrazada. (ve a su hija en las cuidadoras, del hospital, en la que viene a casa a cuidarle).
El personaje principal empieza a tener dudas de lo que puede fiarse, de lo entiende, le dicen o cree que sucede alrededor. Está en un desconcertante mundo en el que es difícil vivir...
Para él es duro descubrir que su hija piensa que no puede valerse solo; igual que nos empapamos de su soledad cuando empieza a “entender” que su hija no va a poder estar tanto tiempo con él. Se siente abandonado, desvalido, como un niño huérfano y llora con impotencia mostrando sus emociones más profundas.
El planteamiento de la película es tan maravilloso que hay momentos en los que no sabemos si lo que sucede es “real” o está dentro de la cabeza de Anthony. Si es la casa del protagonista, la de su hija que se lo ha llevado allí para cuidarlo o es un centro geriátrico, un hospital....
El protagonista está bien físicamente (se marca un baile muy divertido en la película cuando lo visita la cuidadora...). También hay momentos en que se le ve con caminar más lento y algo de bradicinesia propia de la edad, pero a nivel cognitivo está cada vez más afectado. Confunde los nombres, las caras. Vive en un mundo donde la realidad y la información cambian, constantemente y a veces se da cuenta... “Aquí pasa algo raro”
Un poco antes el espectador también está algo desconcertado... Los lugares cambian no sabemos si es su casa, la de su hija o es otro lugar... La hija cuidadora dice que se va a vivir a Paris pero luego no parece ser así, y después si parece estar en París y llevar tiempo, o en la consulta dice algo así como “Papá no estoy en Paris, no sé porqué te ha dado por eso...”
Su hija menor pintora a la que él refiere estar unido, no está presente (pensamos que la ha podido pasar algo..), luego si está presente aunque fugazmente. El exmarido de su hija luego se parece a otro cuidador. Esto lo vamos descubriendo casi al final cuando vemos a Anthony en un hospital, residencia, hospice... y vemos quienes son las personas que le atienden, que a lo largo de la película el protagonista les iba atribuyendo otros roles.
La película también nos da otro mensaje...Nos puede pasar a cualquiera... La casa del protagonista es una casa con un nivel socioeconómico alto (con grandes espacios, muebles antiguos, una hermosa biblioteca...). Y él pertenece a un nivel sociocultural alto, es ingeniero. Se deduce que ha tenido un puesto importante, que ha sido una persona activa intelectualmente.
Además hay un entorno cuidador, paciencia, amor, tiempo y comprensión. No se aprecia abandono del cuidado del padre, sino puesta en marcha de recursos para poder atenderle como lo necesite. Ante la situación que tiene con el padre y confirmar fehacientemente que no puede vivir solo, Anne, la hija, se plantea si tiene que contratar una nueva cuidadora o si debe decidir ingresarlo en una institución.
La hija, se duele también en algunos momentos porque vio en los ojos del padre que era una extraña para él, que no le reconocía, La demencia hace sufrir a la persona que la tiene pero también, y mucho, a su entorno. A ella también se le rompe el alma al ver a su padre en esa situación de dependencia, cuidado por otros y teniéndolo que dejar en un lugar con otras personas, desconocidas.
El lenguaje narrativo que lo acompaña es impactante. Ella sale del centro geriátrico y hay una enorme escultura en el patio, de un rostro de metal con los ojos cerrados, pero sin cabeza/ sin cerebro (sin funcionamiento cognitivo), indicando también que esa persona ha dejado de ser lo que era antes., la desintegración a nivel personal, de identidad, social.
Mientras él, lucha por entender y comprender lo que le rodea que va cambiando, como si hubiera más de un plano de la realidad y en cada momento se activara uno solo y cambiaran las reglas del juego.
La película no deja indiferente, conmueve y conecta con el espectador, hace pensar en cómo están, son y se sienten las personas con demencia. Todos somos Seres necesitados de amor. Algunos críticos cinematográficos han añadido al título original “El padre”, el título de otra película (F Trueba) “El olvido que seremos” que se estrenó el 7 de mayo 2021). Y el juego de títulos encaja a la perfección.
La película es una Inmersión en el mundo de la demencia, un baño de empatía para las personas que están cerca de seres humanos con demencia. El filme nos hace replantearnos las cuestiones de humanidad y cuidado cuando se deterioran los recuerdos, y los deseos de las personas cuando su vida va dejando de ser un continuo de recuerdos.
Patricia Acinas Psicóloga.
Psicooncóloga experta en Cuidados Paliativos

Páginas: 175-179

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